Una planta que, debido a su complejidad, ha supuesto una gran inversión de tiempo para llegar a tener una madre que genéticamente se adaptase a sus requisitos. Al ser una variedad puramente afgana, tuvieron que simular un micro-clima en el que pudiera crecer sin perder sus condiciones distintivas. Cabe destacar que la ápex dominus es 99% índica.
Una cepa que cautivará a los amantes de las índicas, su tamaño es medio, su tallo central largo con cogollos compactos y hojas grandes. Apta tanto para interior como exterior. Su cultivo no supone gran complejidad, destacando además su alto rendimiento.
Tiene un sabor muy denso y recio, en el que se entremezclan matices de madera de sándalo, hachís nepalí y trazas cítricas. Mucha producción de resina a lo largo de toda la planta, siendo su uso válido para extracciones. Su consumidor se someterá a efectos devastadores, llevándole a un clímax sensorial.